José María Gil-Robles
Tras la caída de la Dictadura y la proclamación de la Segunda República (1931), consiguió un acta de diputado en las Cortes constituyentes. En aquel mismo año alcanzó el liderazgo del partido Acción Popular, desde el cual participó en la oposición a las reformas del gobierno de Manuel Azaña.
En 1933 consiguió formar alrededor de su partido una gran coalición conservadora, la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), que resultó el partido más votado en las elecciones de aquel año. Erigido en árbitro de la situación política, en 1934 consiguió tres carteras ministeriales para la CEDA en el gobierno de coalición de las derechas, lo cual provocó el estallido de la Revolución de Octubre, pues la izquierda veía en Gil Robles el representante español de la oleada de dictadores reaccionarios que se estaba adueñando de Europa (Benito Mussolini, Adolf Hitler, Engelbert Dollfuss...).Reprimida la revolución de 1934 por el Ejército, al año siguiente la CEDA obtuvo cinco carteras en el Gobierno, con Gil Robles como ministro de la Guerra; desde ese puesto se dispuso a desmontar la obra reformadora del primer bienio republicano, pero un escándalo político (el caso del estraperlo) lo impidió, al romper la coalición en aquel mismo año.
Al no ser llamado a formar gobierno por el presidente Niceto Alcalá Zamora, como él esperaba, Gil Robles se inclinó ya decididamente por la opción de un golpe militar para tomar el poder, aunque el golpe no fraguó entonces porque lo consideraron prematuro los militares con los que Gil Robles estaba en contacto (como Emilio Mola o Francisco Franco). En las elecciones celebradas en 1936 se dio un retroceso importante de la CEDA, paralelo al triunfo de las fuerzas de izquierdas agrupadas en el Frente Popular.
Al producirse finalmente el golpe militar en el verano de aquel año, Gil Robles prefirió salir de España y desarrolló una campaña de apoyo a los sublevados desde Portugal. Tras el triunfo en la Guerra Civil (1936-39) del bando de Francisco Franco, que no le reservó papel político alguno, Gil Robles se integró en el consejo del pretendiente monárquico don Juan de Borbón y Battenberg.
En 1953 regresó a España e intentó formar un movimiento demócrata-cristiano (1953); expulsado de nuevo en 1962, no pudo volver a la política activa hasta la muerte del dictador, en 1975. Participó entonces en la formación de la Federación Demócrata Cristiana, con la que se presentó a las elecciones de 1977, en las que fracasaron tanto él como su opción política.
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