José Antonio Girón de Velasco

José Antonio Girón de Velasco (Herrera de Pisuerga, 28 de agosto de 1911-Fuengirola, 22 de agosto de 1995) fue un político español conocido por su papel durante la dictadura de Franco. Llegó a desempeñar la cartera ministerial de Trabajo entre 1941 y 1957. Además de sus altos puestos en el gobierno, fue miembro de distintos organismos, como el Consejo del Reino, el Consejo Nacional del Movimiento y procurador en las Cortes franquistas.

Licenciado en Derecho por la Universidad de Valladolid, desde su juventud militó en organizaciones políticas de extrema derecha: miembro fundador de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS), posteriormente se integraría en Falange y tomaría parte en la Guerra Civil. Tras el final de la contienda, con la instauración de la dictadura franquista, ocupó los cargos de delegado nacional de Excombatientes y ministro de Trabajo, convirtiéndose en uno de los principales jerarcas del régimen. Caído en desgracia tras la crisis de Gobierno de 1957, seguiría, sin embargo, teniendo una destacada presencia. Debido a su actividad empresarial en las urbanizaciones de la Costa del Sol, acabaría siendo conocido como el León de Fuengirola.

Todavía en las postrimerías del franquismo fue una figura emblemática del sector más radical del franquismo —el llamado búnker—,​ que se opuso a cualquier tipo de apertura durante los últimos estertores del régimen. Tras la muerte de Franco siguió teniendo un papel relevante en los círculos de la extrema derecha que propugnaban la materialización de un golpe de Estado contra el sistema democrático de la Transición y el regreso al régimen franquista.

Tardofranquismo: Durante el tardofranquismo, Girón volvió a cobrar cierto protagonismo. El 4 de mayo de 1972, durante un acto de excombatientes falangistas celebrado en Valladolid, dio un discurso ampliamente reproducido por la prensa franquista en el que venía a anunciar su regreso a la primera línea política.​ Estableció también relaciones cordiales con el activista neofascista italiano Stefano Delle Chiaie durante la estancia de este en España.​ A finales de 1973, tras el asesinato del presidente del Gobierno, almirante Luis Carrero Blanco, fue uno de los candidatos a suceder al fallecido almirante, junto con Torcuato Fernández-Miranda, Laureano López Rodó y Carlos Arias Navarro. Fue elegido finalmente este último gracias al apoyo que tenía en la "camarilla de El Pardo".

Girón durante el tardofranquismo fue firme partidario del búnker, junto con figuras como los generales «azules» Tomás García Rebull y Carlos Iniesta Cano. Este grupo, que tenía bastante influencia sobre Franco, pretendió frenar cualquier atisbo de reforma dentro del régimen. Tuvieron cierto éxito durante 1974, como el conocido gironazo, artículo que escribió Girón en el diario Arriba el 28 de abril, que consiguió movilizar a la extrema derecha en el que el León de Fuengirola denunciaba a los «falsos liberales infiltrados en la Administración y en las altas magistraturas del Estado» que «sueñan con que suene vergonzante la campanilla para la liquidación en almoneda»​ y que, de acuerdo con José Luis Rodríguez Jiménez, «rezumaba desconfianza» hacia la monarquía.​ Girón no fue desautorizado por Franco, ni tampoco destituido como miembro del Consejo Nacional del Movimiento.​

A lo largo de 1974 y 1975 la extrema derecha buscó en repetidas ocasiones que Franco reasumiese todos sus poderes y nombrase a Girón de Velasco presidente del Gobierno,​ sin éxito. En este contexto de crisis interna del régimen, en noviembre de 1974 fue elegido presidente de la recién fundada Confederación Nacional de Excombatientes.​ Fue uno de los 59 procuradores de las Cortes franquistas que el 18 de noviembre de 1976, ya muerto el dictador, votaron en contra de la Ley para la Reforma Política que derogaba los Principios Fundamentales del Movimiento.

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