Leopoldo Calvo Sotelo
Ingeniero de Caminos (por la Universidad de Madrid, 1951) y sobrino del político ultraconservador José Calvo Sotelo, asesinado en 1936, se formó en política durante el régimen de Francisco Franco: siendo estudiante militó activamente en las Juventudes Monárquicas, en la Acción Católica Nacional de Propagandistas Cristianos y en el Sindicato Español Universitario (SEU). Desempeñó cargos en la empresa privada (consejero delegado de Unión de Explosivos Riotinto, 1964) y pública (presidente del Consejo de Administración de RENFE, 1967-68); casado con la hija del ex ministro de Educación Ibáñez Martín, llegó a ser procurador de las Cortes «orgánicas» del régimen.
Al morir el dictador se lanzó más activamente a la política: ingresó en Reforma Democrática (el partido de Manuel Fraga) y fue nombrado ministro de Comercio en el primer gobierno de la Monarquía restaurada (bajo la presidencia de Carlos Arias Navarro, 1975-76). Se mantuvo en el gabinete al pasar la presidencia del mismo a Adolfo Suárez, con el cual ocupó la cartera de Obras Públicas (1976-77).
Dimitió del cargo para presentarse a las primeras elecciones democráticas (1977) y concentrarse en la organización del nuevo partido que habría de ganarlas: la Unión de Centro Democrático (UCD), del presidente Suárez. Su carrera política continuó en ascenso: portavoz de UCD en el Congreso (1977-78), ministro para las relaciones con la Comunidad Económica Europea (1978-79) y vicepresidente del Gobierno para Asuntos Económicos (1980-81).
Tras la dimisión de Adolfo Suárez, su partido le propuso como candidato a la presidencia del Gobierno: durante su investidura parlamentaria (que requirió dos votaciones, al no obtener mayoría absoluta en la primera) se produjo el asalto de un grupo de militares al Congreso, que formaba parte de un intento fallido de golpe de Estado (23 de febrero de 1981).
Durante el mandato de Leopoldo Calvo Sotelo (1981-82) el Gobierno dio un giro hacia posiciones más conservadoras: promovió un acuerdo de moderación salarial entre patronal y sindicatos, frenó la concesión de autonomías a las regiones mediante un pacto con la oposición socialista y adoptó la impopular medida de ingresar en la OTAN. Sin embargo, no pudo evitar la descomposición acelerada de su partido, que determinó la abrumadora victoria electoral del socialista Felipe González en 1982.
Desaparecida la UCD, conservó su escaño en el Congreso por una legislatura más. En 1984 pasó a formar parte de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y, tras el ingreso de España en la Comunidad Europea (1986), fue elegido diputado del Parlamento Europeo en las listas de Alianza Popular (luego Partido Popular), el nuevo grupo mayoritario del centro-derecha, al cual le había llevado su ideología democristiana. No obstante, su actividad política fue meramente testimonial, pues vivió dedicado principalmente a la empresa privada (Banco Central Hispano-Americano, Ferrovial, Moto Vespa).
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