Manuel García Prieto
Orígenes y carrera política: Nació en la localidad leonesa de Astorga el 5 de noviembre de 1859. Terminados los estudios de Derecho, fue fiscal municipal del Juzgado de Madrid e ingresó en el Cuerpo Jurídico Militar, aunque permaneció en él poco tiempo. Se formó en el bufete de Montero Ríos, de quien fue yerno. En las filas del Partido Liberal fue elegido diputado por Astorga en 1887, y después de la mano de su suegro, por Santiago de Compostela, en 1893. Fue diputado por este distrito durante veinte años hasta que finalmente pasó al Senado.
En 1897 fue nombrado director general de lo contencioso del Estado y más tarde subsecretario de Ultramar. En 1905 fue ministro de Gobernación en el gobierno de Montero Ríos y, ese mismo año, de Gracia y Justicia con Segismundo Moret. De este último ministerio dimitiría al considerar sumisa la postura de Moret en relación con el estamento militar.
Manuel Benedito |
En 1909 sería nombrado vocal del Consejo Superior de Emigración y del Instituto de Reformas Sociales, cargos que desempeñó hasta 1913 y 1920 respectivamente.
Tras el asesinato de Canalejas, en noviembre de 1912, García Prieto ocupó interinamente la presidencia del Consejo de Ministros. Sin embargo, hubo de dimitir por no contar con el apoyo del conde de Romanones. Esto dividió al Partido Liberal en dos facciones: García Prieto se convirtió entonces en el líder del llamado Partido Liberal Democrático, una escisión que se oponía a facción mayoritaria acaudillada por Romanones.
Fue designado presidente del Senado, cargo que desempeñó entre 1916 y 1918. Como consecuencia de la crisis producida por las Juntas de Defensa, en abril de 1917 formó gobierno. Sin embargo, ante la grave situación que se encontró, se vería obligado a dimitir en el mes de junio. A la vez, durante aquellos meses de grave crisis política García Prieto mantuvo un abierto enfrentamiento con Romanones por el control del partido.
Crisis del sistema: En julio de 1917 conseguiría hacerse con el liderazgo del Partido Liberal, y en noviembre presidió el primer gobierno de concentración de la monarquía alfonsina tras desencadenarse la crisis de octubre en el gobierno de Eduardo Dato. García Prieto asumió la presidencia y también la cartera de Estado.
Bajo la influencia de la revolución bolchevique, hubo de hacer frente a una fuerte campaña pública que pedía la amnistía de los detenidos durante la huelga revolucionaria que había tenido lugar el verano anterior. La política excesivamente derechista que adoptó acabaría provocando la escisión de Santiago Alba, que desde entonces pasaría a encabezar la Izquierda Liberal. En marzo de 1918 se produjo una nueva crisis de gobierno. En lo que Manuel Tuñón de Lara ha calificado como «encerrona», el rey Alfonso XIII se reunió en palacio con los principales líderes políticos —entre ellos García Prieto— y les manifestó que, de no alcanzarse de acuerdo, él dejaría la corona y abandonaría el país. Como consecuencia, el conservador Antonio Maura formó el llamado «Gobierno de concentración nacional», con García Prieto en la cartera de Gobernación.
Durante aquel otoño el país se vio gravemente afectado por pandemia de gripe de 1918, que acabó afectando a un elevado porcentaje de la población española (hasta un 20 %) y dejaría una elevada mortandad. El 9 de noviembre de ese mismo año García Prieto formó gobierno de nuevo, hasta diciembre, cuando el Proyecto de Mancomunidades hizo caer el gabinete. En 1919, durante su mandato, presentó el proyecto de ley del Retiro Obrero Obligatorio.
Tras el desastre de Annual, en diciembre de 1922 formó el que sería el último gobierno constitucional de la Monarquía. El conocido como «Gobierno de concentración liberal» logró aunar en su seno las diferentes facciones que para entonces componían el Partido Liberal: romanonistas, albistas, gassetistas, etc. Santiago Alba, figura promotora de este gabinete, sería también el hombre fuerte del mismo.
Alfonso XIII no se mostró muy simpatizante del acceso de los liberales al gobierno, por lo que la convivencia entre la Corona y el gabinete fue muy complicada. La propia actitud del monarca y los rumores de conspiraciones palatinas dejaron a García Prieto en un estado «anodado y cada vez más aplanado». Cuando en septiembre de 1923 el general Miguel Primo de Rivera dio en Barcelona un golpe de Estado, el rey rechazó las propuestas del jefe de gobierno para castigar a los rebeldes; muy al contrario, llamó a Primo de Rivera a la capital y consintió que este formase un directorio militar. Aquello fue el final del gabinete García Prieto.
Últimos años: Durante la dictadura, se mantuvo apartado de la política, manteniendo una tibia oposición al régimen. Retornaría para formar parte del último gobierno de la monarquía y ocupar la cartera de Gracia y Justicia, bajo la presidencia de Juan Bautista Aznar-Cabañas. García Prieto habría entrado en el gabinete por voluntad expresa de Alfonso XIII. A pesar de la grave crisis que atravesaba el régimen, el antiguo político liberal creyó que la situación se resolvería satisfactoriamente para la monarquía.
Tras la proclamación de la Segunda República se retiró de la vida pública. Murió en San Sebastián el 8 de marzo de 1938.
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